Si has llegado hasta mi blog leyendo aquí seguramente porque tendrás aluna inquietud acerca del cuidado diario de tu piel y en general de tu salud, quizás por varias razones, sea por algún problema o necesidad específica o dudas sobre la cosmética industrial y la protección del medio ambiente…
Hoy en día estamos expuestos más que nunca a muchos factores de contaminación (el aire, la comida, el estrés, …) y dar un paso hacia opciones más saludables y sostenibles nos hacen tomar consciencia sobre nuestro rol, tanto como consumidores y como responsables de nuestra propia salud. Enhorabuena por tomar consciencia y empezar a informarte, tu salud depende mucho de ti y tus patrones de consumo son gotas aisladas que juntas pueden llegar a romper hasta la roca más dura.
La filosofía de la cosmética natural se basa, antes que todo, en el principio de que no te pongas nada en la piel que no puedas comer. Por eso buscamos utilizar ingredientes bio, de buena calidad. Hasta podemos empezar a recolectar plantas en nuestro entorno y elaborar oleomacerados y extractos, útiles para gestionar nuestra belleza y salud, de manera consciente y sostenible.
Además de este criterio naturista de selección de la materia prima, se está difundiendo cada dia mas la filosofía slow aplicada a la cosmética (slow cosmetique), una invitación a consumir la belleza de una manera diferente y a decir no al marketing engañoso de las grandes industrias cosméticas y a aceptar nuestra belleza más intrínseca y natural, sin creer en los resultados milagrosos que nos intentan vender a menudo las campañas publicitarias de cosmética industrial.
Siempre tendremos arrugas, de esto no nos escapamos, pero sí que podemos aprender a nutrir nuestros rostros de manera saludable, hacerlos brillar de salud y potenciar su belleza natural.
La slow cosmetique nos invita también a tener una relación diferente con nuestros productos de belleza.
Anima a consumir menos y a optar por ingredientes de calidad, que sean naturales y no tóxicos.
La actitud slow es una revolución suave….unos pocos productos orgánicos y de calidad, aceites vegetales, arcilla, miel y tu creatividad...ya tienes todo lo necesario para la belleza slow! Libera tu creatividad y disfruta del proceso de cuidarte naturalmente.
Una lectura muy inspiradora para empezar a profundizar sobre este tema (y también aprender a elaborar tus primeros cosméticos caseros) es el libro Slow cosmetique de Julien Kaibeck, edaf, 2014. De manera muy fácil y amena nos explica recetas y consejos sobre como cuidarnos naturalmente con ingredientes que ye tenemos en nuestra cocina y también nos ayuda a entender que es exactamente la cosmética natural y ecológica y porque es importante escoger productos certificados ecológicos.
Hay mucha confusión sobre lo que es cosmética natural ecológica y la que no y también se empiezan a ver productos supuestamente naturales como fruto de un marketing "verde" muchas veces engañosos.
Infórmate, lee, aprende y escoge solo productos certificados ecológicos de verdad por sellos conocidos y serios, y ojo! Natural no quiere decir automáticamente ecológico. Dentro de un mismo sello de certificación puede haber una linea natural, en parte natural y ecológica o del todo ecológica. Aprende a leer bien las etiquetas y escoge productos de calidad para ti y el medio ambiente.
Un poco más sobre certificaciones aquí...y en mi próximo articulo 😉