En la base de la columna, zona perineal reside nuestro primer chakra, relacionado con los aspectos energéticos más materiales, como nuestra sensación de seguridad y necesidades básicas.
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Desde esta zona que podemos considerar como nuestras raíces, la energía crece hacia el segundo chakra, donde reside nuestra creatividad, sensualidad, nuestra conexión con el gozo, el placer y la abundancia.
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Esta energía creativa sigue su viaje hacia Manipura, el tercer chakra, en la zona del plexo solar, allí donde se encuentra nuestra voluntad, fuerza y dirección.
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Fuerza que sigue hasta Anahata, el chakra del corazón, donde fluye nuestra expresión emocional, amor incondicional y compasión.
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Este fluir energético está en constante movimiento y necesita un buen mantenimiento para que siga libre y sin bloqueos, para que podamos disfrutar de una vida plena, de gozo y abundancia, de creatividad y dirección, tanto cuando estamos en situaciones en que necesitamos DAR como en las que necesitamos RECIBIR.
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En la mujer este baile de energía en constante movimiento y equilibrio a la vez, a menudo se encuentra estancado, o constantemente en modalidad de dar hacia fuera, olvidando nuestra capacidad de RECIBIR y GOZAR PLENAMENTE de nuestra ENERGÍA CREATIVA y SEXUAL.
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